En el aeropuerto nos recogió una conductora de la agencia que nos llevó hasta la puerta del hotel, mientras nos iluminaba a las 2:30 de la mañana el sol de medianoche, un espectáculo extraño.
Por la mañana nos ponemos de camino hacia el primer hotel de la ruta y por el camino una de las cosas que nos llama la atención es una mini-iglesia que hay frente a la fractura que hay entre las dos placas tectónicas, la de América y Eurasia, y que además está frente a lo que fue el primer parlamento Islandes.
Después nos dirigimos hacia Geysir y entramos en un sitio que parece la puerta del infierno, sale humo del suelo y apesta a azufre, pero no debemos alarmarnos más de lo necesario, el humo es agua evaporada por el calor. En muchos de los pozos puede verse y oir el agua de hervir con grandes borbotones, impresionante. A pocos metros llegamos a al geyser Strokkur y sólo hay que esperar unos minutos para ver como salen chorros de agua como este:
Muy cerca de aquí está nuestro hotel y la catarata que le da nombre: Gulfoss. Impresionante.
Es espectacular el ruido que produce esta mole de agua a su paso y al caer por esa enorme grieta. Además estábamos nosotros sólos, un momento único.
Mañana más.
Nos habéis dejado locos y todo esto en un solo día! Impresionante. Nosotros seguimos en Ávila, un sitio mucho menos glamouroso pero no menos pintoresco. Hoy nos toca riego, Paula está desconocida, está todo el día por la calle y habla con cualquiera, incluso sola si no le queda más remedio. Tenemos que enfadarnos para sacarla de casa de Covadonga, ver para creer... Por lo demás poca novedad, así que ya nos seguiréis contando. No te desinfles y sigue actualizando el blog, Pedro. Muchos besos de todos.
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