Hoy el día iba de fiordos, si uno es bonito, el siguiente más. Playas y acantilados impresionantes con multitud de puntos para observar aves.
Después de kilómetros y más kilómetros de fiordos hacemos una paradita en una cascada para recuperar fuerzas y seguir con nuestra ruta de fiordos.
Y para terminar el día repostamos combustible que mañana el viaje será largo por el lugar más despoblado de Islandia, ¿pero no habíamos pasado ya por él?, y de paso echamos un vistazo a un peculiar museo particular de una coleccionista de piedras que, como no, se llama Petra.
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